Bancarrota en EE.UU.: cuándo conviene declararse en quiebra

¿Enfrentando deudas en EE.UU.? La bancarrota puede ser tu salvación financiera. Descubre si es la opción correcta para ti y cómo funciona.

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Declararse en bancarrota en Estados Unidos es una decisión financiera de gran peso, especialmente cuando te encuentras en un país nuevo, adaptándote a una cultura y a un sistema económico diferente. Si estás leyendo esto, es probable que te sientas abrumado por las deudas y busques una salida. ¡No te preocupes, no estás solo!

Muchas personas, tanto ciudadanos como inmigrantes, han pasado por esta situación y han encontrado en la bancarrota una herramienta legal y poderosa para reorganizar sus finanzas y empezar de nuevo. Este proceso, aunque pueda parecer intimidante, está diseñado para ofrecer un alivio real a quienes ya no pueden cumplir con sus obligaciones de pago.

A lo largo de este artículo, vamos a desglosar de manera sencilla y clara qué significa declararse en quiebra, cuáles son las leyes de bancarrota que te protegen y qué pasos puedes seguir para recuperarte económicamente. Nuestro objetivo es darte la información que necesitas para que tomes la mejor decisión para tu futuro financiero.

Un cobrador de deudas presiona a una madre y su hijo en la puerta de su casa, una situación de acoso que puede detenerse al iniciar un proceso de bancarrota.

¿Qué es exactamente la bancarrota y cómo funciona en EE.UU.?

Para empezar, es fundamental entender que la bancarrota no es un castigo ni una señal de fracaso. Al contrario, es un procedimiento legal federal diseñado para ayudar a personas y empresas a liberarse de sus deudas o a reorganizarlas para poder pagarlas a lo largo del tiempo. Piensa en ello como un botón de reinicio financiero que te ofrece la oportunidad de un nuevo comienzo.

El proceso se lleva a cabo en tribunales federales especializados y se rige por el Código de Bancarrota de los Estados Unidos. Cuando presentas una petición de bancarrota, obtienes una protección legal inmediata llamada «suspensión automática» (automatic stay).

Esta orden judicial detiene de inmediato casi todas las acciones de cobro por parte de tus acreedores. Esto significa que las llamadas de acoso, las cartas de embargo, las demandas y las ejecuciones hipotecarias deben cesar mientras tu caso está activo.

En esencia, el objetivo es darte un respiro para que, bajo la supervisión de un tribunal, puedas resolver tus deudas de una manera justa y ordenada, ya sea liquidando ciertos activos para pagar a los acreedores o creando un plan de pago manejable.

La legislación sobre bancarrota en Estados Unidos es compleja, pero su propósito principal es equilibrar dos intereses: el del deudor que necesita alivio y el de los acreedores que tienen derecho a ser pagados. Como mencionamos, estas leyes son federales, lo que significa que los principios básicos son los mismos en todo el país, desde California hasta Florida.

Sin embargo, cada estado tiene sus propias leyes sobre qué bienes puedes proteger de los acreedores durante el proceso. Estas se conocen como «exenciones». Las exenciones son cruciales porque determinan qué propiedades no pueden ser liquidadas para pagar tus deudas.

Por ejemplo, puede haber exenciones para proteger una parte o la totalidad del valor de tu casa (homestead exemption), tu vehículo, herramientas de trabajo y bienes personales.

Un administrador judicial, llamado «trustee», es asignado a tu caso para supervisar el proceso. Su trabajo es asegurarse de que todo se haga correctamente, revisar tu documentación y, en algunos casos, administrar la liquidación de los activos no exentos.

Es importante ser completamente honesto y transparente en tu petición, ya que ocultar activos o información puede tener consecuencias legales graves.

¿Cuándo es el momento adecuado para considerar la bancarrota?

Decidir si la bancarrota es la opción correcta depende enteramente de tu situación personal. No es una solución para todos, pero para muchos, es la herramienta más efectiva para salir de un ciclo de deuda insostenible.

Aquí tienes algunas señales claras de que podría ser el momento de considerar seriamente esta opción:

  • Estás usando crédito para pagar gastos básicos: Si dependes de las tarjetas de crédito para comprar comida, pagar el alquiler o los servicios públicos, es una señal de alerta.
  • Solo puedes hacer los pagos mínimos: Pagar solo el mínimo en tus tarjetas de crédito significa que podrías estar pagando durante décadas sin reducir significativamente el capital.
  • Tus deudas aumentan cada mes: A pesar de tus esfuerzos, el total de tu deuda sigue creciendo debido a los altos intereses y cargos por mora.
  • Recibes llamadas constantes de cobradores: El acoso de las agencias de cobro es una fuente de estrés inmenso y una clara indicación de que tus deudas están fuera de control.
  • Enfrentas acciones legales: Si te han demandado, enfrentas un embargo de salario o una ejecución hipotecaria (foreclosure), la bancarrota puede detener estos procesos de inmediato.
  • Has agotado otras alternativas: Quizás ya intentaste negociar con tus acreedores, consolidar tus deudas o trabajar con una agencia de asesoría de crédito sin obtener resultados significativos.

Si te identificas con varios de estos puntos, consultar con un abogado especializado en bancarrota es un paso lógico y proactivo.

Tipos de bancarrota para individuos: Capítulo 7 vs. Capítulo 13

Para las personas, existen principalmente dos tipos de bancarrota: el Capítulo 7 y el Capítulo 13. Cada uno tiene diferentes requisitos y resultados, por lo que es vital entender cuál se adapta mejor a tus circunstancias.

Capítulo 7: La «liquidación» o «bancarrota directa»

El Capítulo 7 es el tipo más común de bancarrota. A menudo se le llama «bancarrota de liquidación» porque implica vender tus activos no exentos para pagar a tus acreedores. Sin embargo, la palabra «liquidación» asusta a mucha gente innecesariamente. Gracias a las leyes de exención, la gran mayoría de las personas que presentan un Capítulo 7 no pierden ninguna de sus propiedades.

  • ¿Quién califica? Para calificar, debes pasar una «prueba de medios» (means test), que compara tus ingresos con el ingreso medio de un hogar de tu tamaño en tu estado. Si tus ingresos están por debajo de la media, generalmente calificas. Si están por encima, el cálculo se vuelve más complejo, pero aún podrías calificar.
  • ¿Cómo funciona? Si tienes activos que no están protegidos por las exenciones, el administrador judicial los venderá y distribuirá el dinero entre tus acreedores. A cambio, la mayoría de tus deudas no garantizadas (como tarjetas de crédito, facturas médicas y préstamos personales) se eliminan por completo o se «descargan».
  • Ventajas: Es un proceso relativamente rápido, que suele durar entre 4 y 6 meses. Además, elimina las deudas elegibles para siempre, ofreciendo un verdadero nuevo comienzo.
  • Deudas que no se pueden eliminar: Es importante saber que ciertas deudas generalmente no se pueden descargar en un Capítulo 7, como la mayoría de los préstamos estudiantiles, deudas de manutención de hijos o pensión alimenticia, y deudas fiscales recientes.

Capítulo 13: La «reorganización» o «plan de pagos»

El Capítulo 13 es para personas con ingresos regulares que no califican para el Capítulo 7 o que tienen propiedades valiosas (como una casa o un coche) que quieren conservar y están en riesgo de perder.

  • ¿Quién califica? Debes tener una fuente de ingresos estable y tus deudas no garantizadas y garantizadas deben estar por debajo de ciertos límites (que se ajustan periódicamente).
  • ¿Cómo funciona? En lugar de liquidar activos, propones un plan de pago para pagar una parte de tus deudas durante un período de tres a cinco años. La cantidad que pagas se basa en tus ingresos disponibles después de cubrir tus gastos de vida esenciales. Durante este tiempo, estás protegido de los acreedores.
  • Ventajas: La principal ventaja es que te permite ponerte al día con los pagos atrasados de tu hipoteca o coche para evitar la ejecución hipotecaria o la recuperación del vehículo. También puede consolidar tus deudas en un único pago mensual asequible. Al final del plan, cualquier deuda no garantizada elegible que quede sin pagar se descarga.
  • «Cramdown»: En algunos casos, el Capítulo 13 permite reducir el capital de ciertos préstamos garantizados (como un préstamo de coche) al valor de mercado actual del bien, lo que puede reducir significativamente tus pagos.

¿Cuál es la mejor opción para ti?

Decidir entre el Capítulo 7 y el Capítulo 13 puede parecer complicado, pero la elección se vuelve más clara al analizar tu situación específica. Generalmente, el Capítulo 7 es la ruta más adecuada para ti si tienes pocos activos que proteger, tus ingresos son bajos y tu carga financiera proviene principalmente de deudas no garantizadas, como las acumuladas en tarjetas de crédito o por facturas médicas.

Por otro lado, el Capítulo 13 está diseñado como una solución para quienes tienen ingresos estables y necesitan un plan para reorganizarse. Esta opción es ideal si tu objetivo principal es salvar tu casa de una ejecución hipotecaria o ponerte al día con los pagos del coche para evitar que te lo quiten. Asimismo, es la alternativa correcta si tus ingresos son demasiado altos para calificar para el Capítulo 7.

El proceso de declararse en bancarrota paso a paso

Aunque cada caso es único, el proceso de bancarrota sigue una serie de pasos predecibles.

1. Consulta con un abogado de bancarrota

Este es el paso más importante. Un abogado experimentado evaluará tu situación financiera, te explicará tus opciones y te guiará a través de todo el proceso, asegurándose de que tus derechos estén protegidos.

2. Asesoramiento crediticio obligatorio

Antes de poder presentar la petición, la ley exige que completes un curso de asesoramiento crediticio con una agencia aprobada. Este curso se puede hacer en línea o por teléfono y dura aproximadamente una hora.

3. Llenar y presentar la petición

Tu abogado preparará una petición detallada que incluye una lista completa de tus deudas, activos, ingresos y gastos mensuales. La precisión y la honestidad son absolutamente cruciales en este paso.

4. La suspensión automática (Automatic Stay)

Tan pronto como se presenta la petición, la suspensión automática entra en vigor, deteniendo de inmediato todas las acciones de cobro en tu contra.

5. La reunión de acreedores (341 Meeting)

Aproximadamente un mes después de presentar la petición, deberás asistir a una breve reunión con el administrador judicial y tus acreedores (aunque los acreedores rara vez asisten). El administrador te hará preguntas bajo juramento sobre tu petición para verificar la información.

6. Curso de educación financiera

Antes de que tu caso se cierre, debes completar un segundo curso obligatorio sobre gestión financiera personal.

7. La descarga de deudas (Discharge)

En un caso de Capítulo 7, recibirás la orden de descarga unas semanas después de la reunión de acreedores. En un Capítulo 13, la recibirás después de completar con éxito tu plan de pagos. Esta orden judicial es el documento que elimina permanentemente tu obligación de pagar las deudas elegibles.

¿Qué hacer para recuperarme de una bancarrota?

Declararse en bancarrota no es el final del camino; es el comienzo de uno nuevo. La recuperación financiera es totalmente posible si tomas las medidas adecuadas.

Monitoreando tu informe de crédito

Después de que tu bancarrota concluya, es vital obtener copias de tus informes de crédito de las tres agencias principales (Equifax, Experian y TransUnion). Revisa que todas las deudas descargadas se reporten correctamente con un saldo de cero. Si encuentras errores, dispútalos de inmediato.

Creando un presupuesto realista

La bancarrota te da una segunda oportunidad, y un presupuesto es la herramienta clave para aprovecharla. Haz un seguimiento de tus ingresos y gastos para entender a dónde va tu dinero. Establece metas financieras realistas y crea un plan de gastos que te permita vivir dentro de tus medios y, si es posible, empezar a ahorrar.

Reconstruyendo tu crédito poco a poco

Contrariamente a la creencia popular, no tendrás que esperar 10 años para volver a obtener crédito. De hecho, es probable que empieces a recibir ofertas de crédito poco después de la bancarrota (aunque con tasas de interés altas). La clave es ser estratégico y paciente.

  • Obtén una tarjeta de crédito asegurada: Esta es una de las mejores herramientas para reconstruir el crédito. Haces un depósito en efectivo que se convierte en tu límite de crédito. Úsala para compras pequeñas y paga el saldo completo cada mes.
  • Conviértete en un usuario autorizado: Si tienes un familiar o amigo con buen crédito, pídele que te agregue como usuario autorizado en una de sus tarjetas. Sus buenos hábitos de pago se reflejarán en tu informe.
  • Paga todas tus facturas a tiempo: Tu historial de pagos es el factor más importante en tu puntaje de crédito. Pagar todo a tiempo, sin excepción, es fundamental.

Mitos comunes sobre la bancarrota que debes ignorar

Existen muchos mitos y miedos en torno a la bancarrota que, lamentablemente, impiden que muchas personas tomen decisiones informadas para mejorar su situación. Aclaremos las confusiones más comunes.

¿Perderé todas mis propiedades?

Uno de los temores más grandes es la idea de perderlo todo. Sin embargo, la realidad es muy diferente. Las leyes de exención, tanto a nivel estatal como federal, están diseñadas específicamente para proteger tus bienes más esenciales.

Esto incluye, en la mayoría de los casos, tu casa, tu coche, tus ahorros para la jubilación y tus pertenencias personales. De hecho, la gran mayoría de las personas que se acogen a la bancarrota no pierden ninguna de sus propiedades.

¿Mi crédito quedará arruinado para siempre?

Otro mito persistente es que la bancarrota destruirá tu crédito de por vida. Si bien es cierto que una bancarrota permanece en tu informe de crédito entre 7 y 10 años, sus efectos negativos no son permanentes.

Puedes empezar a reconstruir tu crédito inmediatamente después de que el caso se cierre. De hecho, muchas personas descubren que su puntaje de crédito mejora uno o dos años después del proceso, ya que han eliminado una cantidad significativa de deuda que antes afectaba negativamente su puntaje.

¿Es un fracaso moral declararse en bancarrota?

Absolutamente no. Es crucial entender que la bancarrota no es un castigo, sino una herramienta financiera prevista en la Constitución de los EE.UU. para ofrecer un nuevo comienzo.

La mayoría de las personas se ven obligadas a considerarla debido a circunstancias que escapan a su control, como una emergencia médica costosa, la pérdida inesperada del empleo o un divorcio. Utilizar un recurso legal para protegerte a ti y a tu familia no es un fracaso; al contrario, es una decisión valiente e inteligente.

Pareja mayor celebra con alegría frente a su laptop, sosteniendo una nueva tarjeta de crédito, demostrando que es posible la reconstrucción financiera después de la bancarrota.

Conclusión

En definitiva, enfrentar una deuda abrumadora no tiene por qué ser el final del camino. La bancarrota se presenta como una herramienta legal y poderosa, diseñada no para castigar, sino para ofrecer un alivio real y una segunda oportunidad financiera.

Ya sea a través de la liquidación rápida del Capítulo 7 o la reorganización estructurada del Capítulo 13, el sistema te permite tomar el control de tus finanzas y detener el acoso de los acreedores. Lo fundamental es recordar que no estás solo en este proceso y que buscar asesoría legal especializada es el primer paso hacia la tranquilidad.

Con la estrategia correcta, es totalmente posible superar este obstáculo, reconstruir tu crédito y avanzar hacia un futuro financiero mucho más estable y seguro en los Estados Unidos.

Preguntas Frecuentes (FAQ) sobre la bancarrota en EE.UU.

¿Afectará mi estatus migratorio si me declaro en bancarrota?

En general, declararse en bancarrota no afecta negativamente tu estatus migratorio ni tus posibilidades de obtener la residencia o la ciudadanía. Las leyes de inmigración se centran en otras áreas, y la bancarrota es un asunto civil.
Sin embargo, si tu caso involucra acusaciones de fraude, podría ser un problema. Siempre es aconsejable consultar tanto con un abogado de bancarrota como con uno de inmigración si tienes esta preocupación.

¿Puedo declararme en bancarrota solo por deudas de tarjetas de crédito?

Sí, absolutamente. Las deudas de tarjetas de crédito son una de las razones más comunes por las que las personas se declaran en bancarrota. Son deudas no garantizadas y son completamente descargables tanto en el Capítulo 7 como en el Capítulo 13.

¿Cuánto cuesta declararse en bancarrota?

El costo varía según el tipo de bancarrota, la complejidad de tu caso y dónde vivas. Generalmente, hay dos costos principales: las tasas de presentación judicial (alrededor de $338 para el Capítulo 7 y $313 para el Capítulo 13, aunque pueden cambiar) y los honorarios del abogado.
Si bien puede parecer un gasto adicional cuando el dinero es escaso, el costo de no declararse en bancarrota (embargos, demandas, estrés) suele ser mucho mayor.

¿Mi cónyuge tiene que declararse en bancarrota conmigo?

No necesariamente. Puedes presentar una petición de bancarrota de forma individual o conjunta con tu cónyuge. La decisión depende de si las deudas son conjuntas o individuales. Si la mayoría de las deudas están solo a tu nombre, una presentación individual podría ser suficiente. Un abogado puede ayudarte a determinar la mejor estrategia para tu situación familiar.

Maria Eduarda


Lingüista con posgrado en UX Writing y actualmente cursando maestría en Traducción y Adaptación de Textos en la Universidad de São Paulo (USP).

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